Lo cierto es que este viejo prestidigitador mediático, hoy politico, es odiado casi a muerte por una mitad, y amado por la otra, algo parecido al amor/odio que generaba Menem en la Argentina post 90 (en realidad creo que hasta más fuerte).
Ayer paso esto, (hagan Play para ver porque de verdad vale la pena), y las diferencias entre las dos mitades italianas, la de la derecha y la de la izquierda -que dejó de lado la Italia católica- se hicieron notar!.
Adivinan de que lado estoy?
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