Monday, November 20, 2006
posted by marquiroga at 12:52 PM

Odio el dentista...
Odio tener que ir,
Odio esas dos certezas, el sufrimiento, y la billetera a punto de vaciarse
en algo que no sea shopping!
Cuantos días de trabajo destinados a pagar esos momentos de sufrimiento, que parecen eternos?

La sala de espera con las revistas que pretenden una distracción.
El cordial saludo con el verdugo.
La boca abierta, las manos que se pellizcan una a la otra hasta hacer doler los huesos.


Una jeringa diseñada para hacer sufrir con solo verla se acerca lentamente a mi cara... Ayyyyy

Sudor. Tensión. Mis pies que se entumecen.

Siento la aguja que ataca mis encías, una vez, otra vez mas. Señales de sufrimiento, la ayudante se olvidó -o no quiso- meterme la Xilocaína.
Cae una lágrima y el verdugo decide parar, pero sólo para decirme que debe terminar la anestesia, indicándome que solo va por la mitad.

Termina con su veneno, Se adormece todo, me dejan sola y se van..

Inicio a diventar un monstruo, al menos eso siento. Cierro los ojos y me imagino mi boca tres veces de su tamaño.

Regresan y preguntan Todo bien?
Se acercan dos ojos con anteojos y barbilla. Ahora veo cuatro, esta también ella. Están a menos de 30 cm pero no logro cruzar miradas. A este punto del juego, no soy más una persona, soy solo una boca abierta.

Un fierro que entra, cambio, ahora otro fierro... ese rumor odioso y agudo que me taladra los oídos.

Hacen comentarios, y hasta me preguntan cosas... Como es Argentina? Buena la carne no?

Bailas tango?

Y yo ahí, con las manos que se apretan, los anillos que duelen sin poder responder, solo alzando las manos..
Tanto, no me entienden, ni creo que les importe entenderme!

Terminan, saludan, se levantan y se van. Y a mi me toca salir de nuevo, con unos euros menos en el bolsillo y aún con la sensación de sentirme un monstruo con la boca hinchada.

Hoy me toca volver!!!! Pobre de mi!

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