Wednesday, October 25, 2006
posted by marquiroga at 12:07 PM

Tengo una extraña relación con las llaves, creo odiarlas y por eso mismo, pocas veces las llevo conmigo. Mientras vivía en Córdoba nunca tuve problemas, el negocio de mamá me hacía encontrar las puertas de casa siempre abiertas, y de última, siempre había alguien adentro que pudiera abrirme.
En Roma, en vez, aprendí a apoyarme en el "buen sentido" de Panini, que sale siempre con las llaves en el bolsillo, como se debe. Y mucho más relajada estaba aún, cuando, además de Massimo, podía confiar en la responsabilidad de otra atenta al manojo de metal, Dorita, en los casi 9 meses que estuvo con nosotros antes de partir a su amado Londres.
Pero una noche de noviembre los tres, entusiasmados por la idea de una cena que nos esperaba, subimos con la pequeña Lunita (cuando aún no era mas grande que un paquete de azúcar) al auto, cuando nos recordamos que los dulces que llevábamos para el postre habían quedado sobre la mesa.

- Esperen que me olvidé de traer unas masas que compre esta tarde, Marce, me das la llave?
- La llave?, no tengo la llave, yo sali con Lunita que corria abajo las escaleras -no tengo que aclarar que siempre invento excusas para no tenerlas- Dora, dale las tuyas
- Las mías? mmmm, no, creo que quedaron en casa.
...SILENCIO I PARTE...

- No hay problema, seguro mi mamá tiene una copia... se tranquiliza Max
...SILENZIO II PARTE...

- No, no la tiene, respondo, la copia que tenía es la que usa Dora desde que llegó a casa!
... SILENCIO AGAIN
Y así estabamos los tres (cuatro en realidad) fuera de casa, sin llave!!!!



Pensamos... y dijimos, cenamos y después vemos

En la cena, mientras discutíamos de cómo conseguir un cerrajero una noche de noviembre a las 9:30, que no nos sacara la piel por nuestro olvido, alguien mencionó la idea de llamar a los bomberos. Era difícil pensar con mente argentina que un bombero se podría ocupar de este problemita, que no era tal de frente a otros serios.
Pero decidimos probar los mismo y los llamamos (llamo Max, explicando que nos habíamos quedado encerrados afuera) tomaron los datos, y después de 15 minutos sentimos las sirenas mientras veíamos llegar un gran camión del que descendieron 4 (c-u-a-t-r-o!) bomberos...
Mientras los tres nos desarmabamos de excusas, culpando a la pobre Lunita del error (yo habría salido corriendo atras de ella que escapaba, mientras la puerta se cerró).

Ellos nos hicieron entender que se la creyeron...

Y en menos de dos minutos, nos abrieron la puerta de casa!
Que lindo entrar!!!...
No nos quisieron hacer pagar nada, pero igual Dor les dio algo "para la cerveza"...
Y así esa noche, al menos nosotros cuatro dormimos en casa,
GRACIAS A LOS BOMBEROS!!! :) :)

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