Dias monótonos si los hay, pero placenteros y relajantes. Playa, playa y mas playa. Sol. Agua transparentísima (insisto que este año por esta parte del Mediterráneo decidieron darnos ese regalo, que no es poco!!), salidas, algún aperitivo robado al atardecer sobre la playa, caminatas a la hora de la siesta, alguna que otra parrillada, nuevos amigos, noches de fuegos artificiales sobre la playa. Y sobretodo calor, mucho, muchisimo.. como casi ya no lo recuerdo, menos-mal-que-no-estamos-en- Roma!
Maia que ya abandonó el salvavidas, pasó a los flotadores en los brazos, y ahora ya ni siquiera esos quiere meterse. Que juega a ser Annibal Lecter con los brazos de todas las nenas de la playa que se le acercan. Que hace los 50 metros que la separan de la playa en su cuatri sin bateria, pero empujado gracias a la correa de Luna. Que se queda despierta hasta medianoche fresca como una lechuguita.
Y Dori que volvio otra vez a Italia para estar con nosotros. Con ella, que no hace otra cosa que decirle NO todo el tiempo.
Y ahora, casi al 21 de agosto me doy cuenta que ya estamos en tiempo de descuento. Y empiezo a disfrutarlo todo desde el principio.
Hasta que volvamos a la otra vida monótona de la ciudad!
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