Después se vino el primer asado + ensaladas de todo tipo+ mates y todo el afecto del mundo de esa amigas que tan poco veo y tanto adoro. El hablar sin palabras mientras disfrutamos mirando las caritas de los chicos en el jardín. El "como estas" que pide a gritos "contame todo lo importante que te está pasando que lo quiero saber"!
Y llegamos al segundo asado. Improvisado en el mas perfecto de los escenarios cordobeses: mucho verde, sierras, río cristalino y sol y con esa amiga que me acompaña practicamente desde que tengo uso de razón y con quien comparto millones de anécdotas. Esa que en cualquier momento toca el timbre y aparece para tomar mate con el edulcorante en la cartera "por las dudas" y en dos minutos sin necesidad de preguntas te pone al tanto de todo lo que pasa.!
Y casi sin pausas y sin darnos cuenta terminamos en el tercer asado en dos días. Parte de la familia que esperaba, que quería vernos y sobretodo que quería ver a Maia.
A este punto agradecimos que el fin de semana se había terminado y probablemente con el también los asados, pero por ahora no los encuentros..!
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