Y un día, casi sin darme cuenta del regreso, me encuentro encerrada en este estudio que, este año, me toca reabrir solo a mi. Una semana "haciendo guardia" por si pasa algo. Pero no pasa nada, que puede pasar en un país como Italia en la semana entre el 21 y el 25 de agosto? Ni una llamada, ni un mail... ninguna urgencia! (y claro, aca no hay medicos, sino abogados!)
Los quince minutos cotidianos desde casa al trabajo, se redujeron a no mas de 7, los semáforos siempre estan en verde, las calles vacías y hasta se puede estacionar sin necesidad de hacer marcha atrás de todos los espacios que hay!. Roma en agosto parece una ciudad fantasma, donde solo quedaron millones de mosquitos para atacar a los pocos que tuvimos la suerte de volver, ni soñar con necesitar un remedio, mucho menos con tomarte un cafe en un bar cercano, y ni siquiera de comprar el diario...! Todo, (o casi) esta cerrado por vacaciones!. Por suerte los amigos no cierran!!
Hace un año, tambien volví el 23!
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