Tuesday, November 11, 2008
posted by marquiroga at 12:50 AM

Pisé tierras florentinas por primera vez en marzo del 2002 y para no perder la costumbre iniciada en Roma con las moneditas a la Fuente de Trevi, también ahí adopté la leyenda de la plaza del mercado con la escultura de bronce de un lechón. La idea es meter una monedita en la boca y mientras se le acaricia la nariz pedir un deseo.
Mi deseo lo recuerdo aún era simplemente poder regresar a Florencia.
Y se cumplió no solo una sino tantas veces que ya perdí la cuenta.
Tantas que ahora paso por la plaza y hasta saludo el lechón diciéndole: gracias, volvi otra vez!


Este finde hicimos un viaje relámpago a Florencia para encontrarnos con amigos. Y no me alcanzaron la cena, el reeencuentro, las charlas. Estar otra vez a Florencia significaba tener que pasar si o si por el centro, por la Catedral, admirar la cupula,
sentarme de frente a Plaza de la Señoría para decirme otra vez que es uno de los lugares mas lindos de Italia.
Sentarme a orillas del Arno y mirar hacia el Pontevecchio.
Pasear entre la gente y las vidrieras de las joyerías del puente del 1300 hasta frenar la mirada en ese simple anillo con diamante, quererlo y darme cuenta que me gustan las cosas caras!...

Caminar con la maquina de fotos a cuestas esperando esa hora con el cielo azul en la que adoro sacar fotos.

Y de paso, como Roma no tiene mucho para mostrar, compré las postales para el proyecto buzón lleno! Para probar de nuevo la sensación de recibir correo que sea diferente a las boletas de servicios!

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