Calentar bien casa, abrir el grifo del agua caliente de la bañera, tirar un poquito de sales minerales o un puñado de sal gruesa junto con mi jabón espuma preferido, un poco de música suave de fondo, encender la mayor cantidad de velitas posible en el baño y apagar la luz.
Disfrutarlo:
Entrar despacito sintiendo la diferencia de temperatura entre los pies y el agua. Sumergir la cabeza en el agua y quedarme hasta sentir los batidos del corazón. Sentir los movimientos de La Heredera y mirar la panza que se mueve. Entrecerrar los ojos y ver la luz de las velas en el reflejo en el agua. Olvidarme de las cosas por hacer, de los stress del día, del frío que golpea la ventana. Cerrar los ojos por cinco minutos y abrirlos con la sensación de haber recuperado todas las energías perdidas. Tatarear esa canción que tanto me relaja... Y dejar que el tiempo pase, sin apuros, sin límites.
Y si, aprovecho también de esto....!! Especialmente este invierno!
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