Estaba en mi exclusivísima dvdteca esperando que un día llegara la inspiración para verla. Y una fría tarde de domingo, tirada en el sofa con Max y otros dos amigos, cubriéndome con la frazada de pail, era el momento ideal.
El film sigue la historia de una humilde familia siciliana que a principios del siglo XX decide partir rumbo Nueva York, en busca de un hermano emigrado años antes.
Películas de inmigrantes hay muchas, pero esta tiene un algo de especial que la diferencia. La fotografía y la musica son excelentes, tanto como la historia.
Y en esa historia es que quiero detenerme porque fue en ese mismo período, probablemente en las mismas circustancias de pobreza extrema, con una experiencia de viaje que hoy no seríamos capaces de soportar, que partieron muchos de nuestros antepasados.
Llevo tiempo queriendo saber algo de los míos, un Giuseppe Vetromile y una Isabella Vaccaro, de quien no tengo nada más datos que el nombre, y un cuarto de la sangre. Curiosidad solamente, no necesito mas que eso, el nombre de un lugar, una fecha. Reconozco que no es una duda existencial, si así lo fuera hasta las montañas hubiera movido!
Pero ayer, mientras miraba Nuovomondo, pensaba en ellos, en sus sufrimientos, en el desarraigo entendido en como tal, en un viaje eterno y sufrido a un lugar completamente desconocido. Y pensaba en mi, en cuánto fue facíl respecto a ellos hacer el camino contrario.
Cuantas cosas cambiaron en 100 años!
Ellos cambiaban sus ovejas por un único traje decente para llegar al nuevo mundo, y nosotros llegamos con valijas llenas, portatil, camara de fotos....
Ellos necesitaban semanas para llegar a un puerto, y más de un mes para atravesar el Atlántico, y nosotros nos quejamos con un vuelo de 14 horas.
Ellos no sabían escribir, y entonces el abrazo de despedida era un hasta siempre, nunca podré saber cual fue tu destino..! y nosotros tenemos a los pies y servidos innumerables medios de comunicación!
Ellos solo soñaban con baños de leche y nosotros con baños de champagne...!
Y lo hicieron...!!!
Y cuando pienso en eso, ni siquiera me animo a autodenominarme valiente por mi travesía!
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