En agosto parecían siglos, y en unas horas empieza nuestro gran viaje!
Y yo que pienso a Lunita, cómo hago para explicarle que desaparecemos por 21 días si justo desde hace unas semanas está mas cariñosa y pegota que nunca!...
Ojalá se sienta bien con Martina - a quien ya le dijimos gracias mil veces por trasladarse a casa todo el tiempo que no estaremos y hacer de dog/house sitter!-, que no deje de comer, ni de saltarle a la gente que entra en casa, ni de arañar la puerta para pedir que la lleven a pasear. Hasta establecimos un plano emergencia, con visitas de los amigos que nuestra perrita más quiere.Pienso en cuantas cosas meter en la valija (las menos posibles, para dejar espacio para esas que quiero traer), pero aún siendo una que usa pocas cremas, y casi nada de make up, no es fácil usar poco espacio pensando en 21 días no?
Ayer me dijeron el precio que tienen en Italia las chanclas brasileras -esas ojotas amarillas con la banderita de Brasil- y estoy pensando seriamente en cambiar a una super valija para convertirme en una traficante de ojotas! Bah, no se si serán ojotas, pero que vuelvo con mucho más de lo que voy, de eso no hay dudas! (Agarrate Panini, que quizás termines siendo un burrito de carga!).
Todo, todo listo para hacer este giro de 7.000 km en Brasil entre Rio de Janeiro, Fortaleza-Jericoacoara, Natal-Pipa-Olinda, Salvador-Morro de Sao Paolo, Río de nuevo y regreso un día antes de que termine el año.
Mañana a la noche miraré hacia arriba y veré el Corcovado una vez más (siempre supe que ahí volvería!).
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